Jirí Menzel nació en Praga el 23 de febrero de 1938. De joven estudió periodismo y después ingresó en la Academia de Cine de Praga. Con su primer largometraje, Trenes rigurosamente vigilados (1966), consiguió el Oscar a la mejor película extranjera en 1968. La película, que se adscribía a la Nueva Ola checa, está considerada una de las obras maestras de la cinematografía europea. Después rodó Capricho de verano, en la que también actuaba y con la que ganó el Gran Premio del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary.
Posteriormente, con Alondras en el alambre, recibió el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Menzel, al estar censurado por el régimen checo hasta mediados de los años setenta, trabajaba como actor para sobrevivir.
En los años ochenta, dirigió de nuevo otras películas, basadas, como Trenes rigurosamente vigilados o Alondras en el alambre, en relatos de su escritor favorito, Bohumil Hrabal: Tijerazos (1980), La fiesta de las campanillas verdes (1983) y Mí dulce pueblecito (1985), que fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera.
También son suyas, entre otras, las películas Solitario en la linde del bosque (1976), Los afortunados (1978), El fin de los buenos viejos tiempos (1989), Vida y aventuras extraordinarias del soldado Ivan Tchonkine (1994), Los diez próximos minutos II ( 2002) y Yo serví al rey de Inglaterra (2006), que recibió el premio FIPRESCI (Berlín).
Como actor, ha aparecido en más de sesenta films. Una de sus últimas intervenciones ha sido en el film de Costa-Gavras La petite apocalypse.
Además, también es escritor. Según Menzel, «reír es la mejor manera de conocer el mundo. Hoy tenemos libertad de expresión, pero otras formas de censura han aparecido, como la del dinero. ¡No hay nada perfecto!».
Jirí Menzel recibe el Premio LiberPress Cine 2013 por su magnífica trayectoria cinematográfica, independiente de todas las presiones políticas y de todos los totalitarismos; por su capacidad de hablar con sensibilidad y humor sobre el alma y los sentimientos de las personas; por su lucidez e ironía; por su espíritu lúdico y sarcástico, y por ser uno de los mejores especialistas en la comedia satírica y la crítica social realizada desde una rebeldía indómita y desde la libertad.