Aún no lo hemos podido olvidar: el pasado 24 de julio de 2013, un tren AVE que se dirigía a Santiago de Compostela, al llegar a la altura del barrio de Angrois a una velocidad excesiva, y por una grave imprudencia, descarriló y chocó. El accidente produjo setenta y cuatro muertos y más de ciento cincuenta heridos. Al darse cuenta del accidente, los vecinos de la localidad se volcaron desde el primer momento, en una actuación heroica y solidaria, a auxiliar a las víctimas.
Las imágenes de la televisión nos lo mostraron: vecinos rompiendo las alambradas para socorrer a los accidentados, llevando mantas y agua, ayudando a los heridos, intentando liberar a los viajeros de las carcasas de hierro…
Siempre se ha dicho que fue una reacción normal, espontánea, que hicieron lo que hacía falta y que no es ningún mérito, pero nosotros no podemos ni queremos olvidar, ni dejar de agradecerles su ayuda valerosa, cargada de una solidaridad emocionante y ejemplar.
«En la pequeña villa de Angrois hay mucha gente mayor. Cuando alguien tropieza y se cae al suelo, corremos a levantarlo. Es una reacción espontánea, humana. Lo mismo hicimos la noche del 24 de julio. No pensamos, actuamos. Agotados, sin cenar, sin dormir, desde las ocho de la mañana hasta que desfallecimos, respondimos al retorno de centenares de micrófonos: ¿Dónde estabas? ¿Qué hiciste? ¿Qué pensaste? ¿Qué viste?»
Los vecinos del barrio de Angrois de Santiago de Compostela reciben el Premio LiberPress Catalunya por su comportamiento ejemplar en el accidente del tren AVE, por su solidaridad, humanidad y valor.