Amnistía Internacional se fundó en Londres el 1 de octubre de 1962 para denunciar la detención y encarcelamiento de dos estudiantes portugueses que habían hecho un brindis por la libertad bajo la dictadura del general Salazar. Se decidió formar una organización que tratara de conseguir la liberación de los encarcelados y crear un mecanismo internacional efectivo para conseguir la libertad de opinión y de expresión. Lo que empezó como una campaña puntual se transformó en un movimiento internacional para la defensa de los derechos humanos de carácter permanente. Después de un año, la nueva organización ya había enviado delegaciones a cuatro países para elevar protestas a favor de varios presos de conciencia y estaba trabajando en 210 casos de personas encarceladas injustamente.
A medida que Amnistía Internacional fue creciendo, su ámbito de atención se fue ampliando a víctimas de otros abusos de los derechos humanos, como por ejemplo la tortura, las desapariciones forzadas y la pena de muerte.
En el campo de las organizaciones internacionales de derechos humanos, Amnistía Internacional es una de las que tiene un historial más largo. En 1977 recibió el Premio Nobel de la Paz y en 1978 fue galardonada con el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Actualmente, este movimiento global está presente en más de 150 países y trabaja para que los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y en otros tratados internacionales sean respetados. Tiene más de tres millones de miembros y simpatizantes en todo el mundo y su objetivo es «realizar tareas de investigación y emprender acciones para impedir y poner fin a los graves abusos contra los derechos civiles, políticos, sociales, culturales y económicos y pedir justicia por aquellos derechos que han sido violados».
Amnistía Internacional recibe el Premio LiberPress Asociación por su envidiable trayectoria en la defensa de los derechos humanos, que ha hecho posible que llegue a ser uno de los símbolos más importantes en la lucha contra las violaciones de los derechos humanos en todos los países. Gracias a su independencia y dedicación, gracias a su tarea y a las denuncias continuas de aquello que es abominable e inhumano, la justicia, la libertad, la solidaridad, el respeto y la tolerancia han ido avanzando, día a día, en una importante y necesaria mejora (a pesar de que todavía es insuficiente) en nuestro mundo.