Berta Isabel Cáceres Flores (4 de marzo de 1971 – 2 de marzo de 2016) fue una líder indígena hondureña, feminista y activista medioambiental. Cofundó COPINH (Consejo Cívico de las Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) con su marido, Salvador Zúñiga, para luchar por los derechos de los lencas y la defensa del medio ambiente en Intibucá, por sus tierras y ríos, y su cultura. Era hija de Bertha Flores, comadrona, enfermera y primera alcaldesa de La Esperanza y de Honduras. Luchó con la guerrilla de El Salvador.
En su activismo medioambiental fue especialmente reivindicativa contra la privatización de los ríos y los proyectos de presa hidroeléctrica de inversores internacionales, especialmente con su lucha contra el proyecto de la presa de Agua Zarca en el río Gualcarque y contra la explotación de la minería y la madera. También se opuso a los diversos gobiernos oligárquicos de Honduras, que, según la ONG Global Witness, es el país más peligroso del mundo para el activismo medioambiental, con cientos de muertos.
Berta Cáceres había estado denunciando el acoso, las graves amenazas de muerte y la violencia contra ella y su familia y contra miembros de COPINH, durante años. Debido a la persecución que recibió, su madre y sus hijos tuvieron que marcharse del país, mientras ella tomó precauciones extremas: dormía cada noche en un lugar diferente, apenas se comunicaba por dispositivos telefónicos y siempre viajaba acompañada.
A la medianoche del 2 al 3 de marzo de 2016, Berta Cáceres se encontraba en La Esperanza, en su casa, cuando entraron sus asesinos, que dispararon contra ella y contra un compañero medioambientalista mexicano, que resultó herido.
Miles de personas asistieron a su funeral, celebrado el 5 de marzo de 2016 en La Esperanza, funeral que se convirtió en un homenaje popular. Oficiaron el acto el sacerdote Ismael Moreno Coto y el padre Fausto Milla. Tras el acto, sus hijas encabezaron una marcha por toda la ciudad, en la que exigieron justicia y denunciaron la impunidad para con los asesinatos de líderes medioambientales en Honduras. La multitud llegó al cementerio de La Esperanza, donde enterraron los restos de Berta Cáceres.
Hoy su figura se ha vuelto mítica y se considera un símbolo en América y en muchos países de Europa.
Ganó el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para los activistas del medio ambiente.
Sobre su vida se han hecho dos mediometrajes y un largometraje.
A BERTA CÁCERES se la recuerda con el PREMIO MEMORIAL LIBERPRESS 2019 por haber luchado toda su vida por la justicia y los pueblos oprimidos, intentando procurar el bienestar y el respeto de los pueblos indígenas, especialmente de la etnia lenca; por denunciar los abusos de los gobiernos hondureños y las multinacionales, la destrucción y la rapiña del medio ambiente, del agua y de las tierras. Perdió la vida en esta noble lucha, habiéndose vuelto un referente y un símbolo mundial.