Este año se han cumplido 25 años del gesto de un hombre joven, conocido como el hombre del tanque de Tiananmen o the unknown rebel, que tuvo un gesto de valentía, de resistencia y de paz. Este héroe anónimo intentó detener una columna de tanques del ejército popular chino que iba a reprimir a los estudiantes concentrados en la plaza de Tiananmen. La escena fue tomada por Jeff Widener, de Associated Press. Esta imagen es comúnmente utilizada para simbolizar el coraje y la fuerza de la no violencia frente a la represión armada. El incidente tuvo lugar en Beijing el 5 de junio de 1989. No se sabe la identidad del hombre ni su destino, pero no podemos ser optimistas. Un diario británico, The Sunday Express, lo identificó como Wang Weilin, un estudiante de diecinueve años, pero era una información nada contrastada y se considera falsa o al menos sospechosa. Varias versiones coinciden en lo que pasó con este hombre después del acontecimiento.
Bruce Herschensohn, ex asistente adjunto del presidente Richard Nixon, informó que, catorce días después, el hombre fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento; otros también afirman que fue ejecutado, pero unos meses después. Jan Wong escribió que todavía está vivo y que está escondido en algún lugar de China. La historia de un testigo presencial de los hechos, publicada en octubre de 2005 por Charlie Cole, un fotógrafo de la revista Newsweek en aquel momento, indica que el hombre fue detenido inmediatamente después del incidente por el Buró de Seguridad Pública de China. El Gobierno de este país siempre ha escondido los hechos y la verdad. En una entrevista, en 1990, con la periodista norteamericana Barbara Walters, Jiang Zemin, el entonces secretario general del Partido Comunista de China, no aclaró nada: no sabía si lo habían detenido y creía que no lo habían matado… La revista Time lo nombró uno de los cien personajes más influyentes del siglo xx y su acción ha inspirado revueltas por todas partes. No sabremos nunca quién fue ni qué ha sido de él, pero lo más importante será siempre lo que hizo, su gesto valiente y decidido: un hombre solo, desarmado, intentando detener tercamente una columna de tanques.