
Los abogados son y han sido siempre los principales impulsores de la defensa de los derechos humanos. Ante la buscada fama de otros agentes sociales o jurídicos mucho más mediáticos que no efectivos, se tiene que destacar como fundamental la lucha y la dedicación de la abogacía de todos los tiempos en la promoción de las libertades, la dignidad humana, la democracia y la defensa de los valores humanitarios en todo el mundo.
Muchas veces la ética de la abogacía y su función social no han sido valoradas lo suficiente.
Se entrega el premio en reconocimiento de la tarea del abogado a su mayor órgano representativo: el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE). Esta asociación es un magnífico ejemplo de la tarea que llevan a cabo los abogados y abogadas.
El CGAE ha organizado la Caravana de Derechos Humanos, que recorre todo el Estado español (estará en Girona del 3 al 7 de diciembre de este año), y ha creado la fundación y los Premios Derechos Humanos, entregados a personajes destacados; ha defendido y ha ayudado económica y jurídicamente al pueblo saharaui; ha colaborado en la reinserción social y en la formación laboral de los presos con la campaña «Togas para la reinserción», y ha llevado a cabo campañas de ayuda a los abogados que han sido objeto de represalias por parte de gobiernos antidemocráticos (el Pakistán, Irak…).
Por todo ello, por su función social en el turno de oficio, en la asistencia a las personas detenidas, en los servicios de orientación jurídica, y por su lucha a favor de un trato jurídico específico para las personas más desvalidas: gente mayor, menores, víctimas de la violencia doméstica… entregamos el premio al CGAE.