La democracia tiene muchos símbolos y gestos. La democracia consiste en poder ejercer con responsabilidad las libertades y los derechos que todas las personas deben tener: derecho a una vida digna, a una lengua, a la educación, a la opinión, a la libre expresión…, y a decidir la forma de gobierno, los gobernantes y el futuro de su país, de su comunidad, de su ciudad o de su pueblo. Quizás el símbolo más adecuado de la democracia, pues, es la urna, que los ciudadanos utilizan para ejercer la democracia, votando libre y pacíficamente en esta caja o espacio de libertad donde se depositan las papeletas.
Las ideas, las opiniones, las decisiones y el porvenir de cada cual están en nuestras manos, en el acto de opinar y decidir que nos hace iguales a todos: en el acto de votar, e incluso en la decisión de no hacerlo. Una urna nunca es un arma; una mano votando es una mano ocupada a expresar su criterio y su voluntad. Por eso hemos elegido este gesto, un gesto de paz y de libre expresión: la mano de un ciudadano o ciudadana ejerciendo su derecho. Y también por eso cualquier acto en contra de la utilización de las urnas suele convertirse en un acto antidemocrático y totalitario.
Carles McCragh
Presidente de LiberPress